Por: Aixa Escalada Seia
Militante peronista, estudiante y trabajadora

"Detrás del fascismo, hay una revolución frustrada" decía el filósofo, crítico, literario y ensayista Walter Benjamín...

Hablar de la coyuntura electoral de la Argentina es algo que, quizás, nos resulta fácil de conversar, pero también difícil de comprender sin antes sentarnos a analizar lo que el pueblo y el Estado argentino sufrió a partir del año 2015 en adelante, teniendo como resultado un claro desencanto y frustración con la política como herramienta de transformación social.

El pasado 13 de agosto de 2023 en Argentina se llevaron a cabo las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (ELECCIONES P.A.S.O) y como resultado tuvimos un notable triunfo del candidato Javier Milei de La Libertad Avanza. Para las elecciones 2023, hubo una porción de la población argentina que creyó que Milei iba a resultar un "fenómeno" pasajero, que iba a estar vivo solo por un tiempo; pero la otra parte de la población no eligió subestimarlo, incluso, nuestra Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, líder del movimiento peronista, advirtió que estas elecciones iban a resultar atípicas de tres tercios (que luego terminamos comprobando en los resultados finales con Javier Milei encabezando el triunfo).

Por ahora, resulta importante cuestionarse si el fenómeno Milei surge de la noche a la mañana. Claramente, la respuesta es no. Cuando la bandera de la rebeldía comienza a tomarla la derecha es un hecho que nos tiene que alarmar y llamar la atención, por lo que necesitamos cuestionarnos las agendas de las izquierdas del mundo y el peronismo en la Argentina. Pensar, analizar y cuestionar la dirigencia que estamos teniendo al frente y preguntarnos si realmente se encuentra en nuestra agenda la construcción política para la transformación de la patria, la conquista de derechos y la mejora socioeconómica de las mayorías populares.


La Primavera Kirchnerista

En Argentina, después de Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón, existieron Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Los doce años de gobierno del kirchnerismo para el pueblo fueron los más maravillosos: existió la gestión y la épica del movimiento nacional justicialista. Néstor Kirchner cancela la deuda con el FMI, anuncia el pago total de la deuda, sacándonos de encima a la mayor ave de rapiña para los pueblos latinoamericanos. Luego, comenzó la independencia económica y la justicia social para el pueblo argentino. En estos años, obtuvimos moratorias jubilatorias; aumentos salariales por decretos; la Asignación Universal por Hijo; la expropiación de YPF; 5 millones de computadoras en el marco del Plan Conectar Igualdad, reduciendo la brecha tecnológica para la juventud; la ley de Matrimonio Igualitario; la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto final. 

Junto con estas conquistas, el Gobierno comenzó una política de Memoria, Verdad y Justicia, es decir, la construcción del marco de Derechos Humanos como camino para la justicia de los detenidos, desaparecidos y torturados de la última dictadura militar en el año 1976, acompañado de la movilización de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El segundo de gobierno de Cristina Kirchner culminó con el mejor salario en dólares de América Latina. Podría continuarse mencionando todas las conquistas, pero todo se sintetiza en la voluntad política y la gestión para el pueblo y para los trabajadores.

Mauricio Macri, el retorno del FMI y la victoria del Frente de Todos.

Luego de esto, el pueblo argentino elige como presidente -en las elecciones del año 2015-  a Mauricio Macri (empresario y representante de la derecha). Lo que nos dejó su único mandato, además de hambre, represión, muerte, daño al Estado y vaciamiento de políticas públicas, fue una deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que representó 127 veces la capacidad de endeudamiento del país. Macri condenó al pueblo argentino, trayéndonos nuevamente al FMI con un acuerdo de casi 57 mil millones de dólares. El acuerdo más importante incluso para el mismo Fondo Monetario. Un préstamo millonario que no se vio reflejado en ningún rincón de la argentina: se fugaron todo el dinero, se utilizó para pagar su campaña electoral, condenando al pueblo a pagar una deuda totalmente impagable. 

Para las elecciones del 2019, triunfa el Frente de Todos, derrotando a Mauricio Macri y dejando a Alberto Fernández como Presidente de la Nación. El pueblo en las calles, al grito de "Volvimos" lleno de ilusiones, depositaron en las urnas el sueño de una Argentina diferente en términos económicos y sociales. Pero para la mala suerte del gobierno actual, nos golpeó una pandemia devastadora, una fuerte sequía, la guerra y el fuerte peso de la deuda más grande de la historia con el FMI que tomó Mauricio Macri.

Pese a estos acontecimientos, nos resulta importante que, como militantes, podamos ser críticos de lo que falta en nuestras gestiones, dirigentes y en nuestro movimiento para poder reconstruir y solucionar. Analizar, antes de indignarnos, para darle soluciones efectivas al pueblo. La realidad es que estos casi cuatro años del gobierno del Frente de Todos resultaron insuficientes tanto en gestión como en épica. Fue un gobierno deficiente que no supo escuchar al pueblo trabajador (que también es el sujeto político del movimiento peronista).

Alberto Fernández eligió el camino de quedar bien con Dios y con el Diablo, descuidando las mayorías populares y descuidando los puntos más importantes para nuestra patria (la negociación del préstamo con el FMI, la justicia y la economía del país). Como expresó Cristina Kirchner: “No me interesa quedar bien con ningún funcionario. Me importa un pito. A mí me importa quedar bien con la sociedad, con los que nos votaron. A eso no voy a renunciar. Estas cosas son también usar la lapicera. No hace falta pelearse, ni agarrarse de los pelos, esto es tener funcionarios y funcionarias que funcionen, que se sienten a discutir, no hay que agachar la cabeza, tampoco pelearse, hay que discutirle, sugerirles orientaciones.”

Pese a las políticas públicas y los triunfos que podemos festejar del Frente de Todos (la legalización del Aborto y la campaña de vacunación), hay una realidad más dura y pesada que es el poder adquisitivo del pueblo. En criollo, como diríamos los argentinos, pesa más el hambre y el bolsillo del pueblo. ¿Cómo el pueblo no va a estar desencantado con la política? El pueblo vio reflejado la pérdida de poder adquisitivo durante 8 años sin parar y el aumento de la inflación en el país e indignados no miraron el atrás ni cómo se dio todo. Sin mirar quién ni qué sector nos devolvió al FMI, se votó a Milei. No interesó tampoco quién administró de la mejor manera una pandemia que se llevó la vida de miles y nos devastó económicamente.

Juan Domingo Perón le dijo a los dirigentes y delegados del Movimiento Peronista "El pueblo nunca se equivoca". La decisión del pueblo tiene su razón de ser, tiene un porqué y, como militancia peronista, no podemos juzgar al ciudadano que optó por el neoliberalismo. Definitivamente, debemos revisar nuestra agenda política y reconocer que, aún ampliando derechos, es fundamental dar la batalla por la correcta redistribución de la riqueza. Que el electorado argentino haya optado por una coalición de gobierno nueva (de las cuales ninguna dominó el panorama electoral en Argentina a partir del 2001) significa la capitalización del rechazo a los gobiernos progresistas que no supieron controlar la pérdida del poder adquisitivo, representa un voto lleno de bronca y hartazgo: el voto del desencanto, el voto del descreimiento en la política.

El rol de la militancia peronista

La militancia peronista tiene una gran historia de lucha. Al movimiento peronista siempre quisieron eliminarlo de nuestra patria. Eso nos costó el exilio de nuestro líder, fusilados, bombas en la casa de Gobierno, nuestros 30.000 compañeros desaparecidos y torturados que anhelaban la transformación de la patria a manos de derecha que pretende volver y gobernar los destinos de nuestra Gran Nación para volver a vaciarla de políticas, eliminando derechos y destruyendo al Estado Argentino.

Al recuperar la democracia (después del trágico 2001, después de una crisis política y económica que nos costó 39 muertos en las calles, represión y el famoso "Que se vayan todos") llegó desde el sur Néstor Kirchner a enseñarnos que la política podía ser una herramienta de transformación social capaz de cambiarle la vida a la gente. Junto a Cristina, lo demostraron a la perfección con gestión y mística, sacando a la Argentina de las garras del FMI y de las épocas más oscuras para la patria.

La militancia no se rinde ante los sueños de transformación y enriquecimiento de la patria. La militancia está todos los días con el pueblo argentino en los barrios. Como dijo Cristina Kirchner "La patria es el otro", ese es nuestro lema, nuestra bandera de lucha junto a todo el pasado que nos acompaña. Tenemos la fortaleza de quiénes dieron la vida por nuestra patria y movimiento: la fortaleza de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y la convicción de que podemos dar vuelta la taba en las elecciones generales que se vienen, trabajando mucho, militando, escuchando al pueblo, convocando a la épica, uniendo a nuestro movimiento y aumentando el poder adquisitivo del argentino.

Los militantes, después del domingo de las Paso, tuvimos nuestro tiempo para angustiarnos, pero al otro día nos encontrábamos militando porque de esa manera siempre dimos las grandes transformaciones en nuestro país y en nuestro movimiento, porque sabemos que no podemos darnos el lujo de la tristeza. Pondremos todo de sí para dar la batalla, ganar y llevar a lo más alto las tres banderas del movimiento peronista: Independencia Económica, Justicia Social y Soberanía Política.

Néstor Kirchner decía "No pasarán a la historia aquellos que especulen, sino los que más se la jueguen". Ganaremos para luego abrirle la puerta a otras luchas y discusiones, porque no estamos en el negocio de la política, estamos en el camino de la transformación de la patria, tenemos ideas, convicciones y sueños que no dejaremos de lado nunca.

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